miércoles, 20 de agosto de 2014

ÚLTIMO DÍA EN SUCRE Y VUELTA A LA PAZ.



El temporal de viento y polvo ha parado, me levanto pronto me doy una ducha y sin pararme a desayunar me voy a ver la iglesia y el museo de la Recoleta, al llegar saco unas fotos, desde el mirador de la ciudad de Sucre. El museo está en el convento, la verdad es que no es uno de los mejores que he visitado, los patios del convento están muy abandonados, de todo el conjunto lo que me pareció más interesante es el coro de la iglesia según dicen está tallado en madera de cedro, pero el árbol que me enseñaron no se parece en nada a un cedro, he sacado algunas fotos pero sin flash pues no lo he traído, lo normal es que no te permitan hacer fotos en las iglesias.
Después de un buen desayuno me fui a la iglesia de la Merced, el párroco es español, de Galicia, llegó aquí hace más de treinta años.
He comido en la plaza y luego me fui al hotel a por la mochila para ir al aeropuerto, he volado a La Paz en un B-727 del Lloyd Aéreo Boliviano, en cuarenta y cinco minutos estábamos aterrizando el aeropuerto del Alto, a las cuatro llamé a casa y luego fui a dar una vuelta, al volver al hotel Sonja, Juanjo y Sebas ya habían vuelto, me contaron que el tiempo había sido fatal y no pudieron hacer cumbre.
En el ascenso se toparon con una enorme grieta, Sonja se había quedado en el campo uno, y Juanjo se puso malo otra vez, solo Sebas continuó con un guía y un alpinista japonés, pero el tiempo se volvía contra ellos y el colmo fue la grieta que no podían bordear y a menos de cien metros de la cumbre dieron media vuelta. Bueno lo importante es que todos están bien, la montaña seguirá allí. El Ilimani una asignatura pendiente.

Hoy, seis de junio, hemos dedicado el día a los museos de La Paz, museo costumbrista, del litoral, del oro, arqueológico, y museo Casa de Murillo, que fue el que se rebeló contra los españoles aquí en La Paz, después de comer Sebas y Sonja se fueron a la peluquería y Juanjo y yo nos fuimos al hotel.

Antes de cenar fuimos a ver un espectáculo llamado Sábados Populares, una pachanga que hacen en un cine con actuaciones y concursos, cenamos en la Peña Nayra, allí pude probar los chorizos chuquisaqueños, que estaban muy sabrosos, al finalizar nos fuimos al hotel, Sebas tenía ganas de marcha y se fue a una discoteca.

martes, 5 de agosto de 2014

SUCRE, UNA CIUDAD ESTILO COLONIAL


Hoy es tres de junio, el día del censo en Bolivia, nadie puede salir a la calle, todo el mundo debe esperar a que vengan los chicos y chicas del instituto para proceder a censar a nacionales y extranjeros. Solo puedo asomarme a la puerta del hotel, por la calle solo se ve alguna patrulla del ejército controlando que nadie incumpla el toque de queda.
He pasado la mañana leyendo en el patio del hotel, luego fui a comer y compartí mesa con un cubano que es profesor de educación física, y está aquí haciendo una selección de chicos y chicas para los Juegos Bolivianos, su especialidad es el tenis de mesa. Hemos estado hablando de Cuba y de España, tiene unos cuarenta y cinco años y pasa varios meses aquí, el también como yo, echa de menos a su familia que quedó lejos. Me regaló una insignia de la Federación Cubana de Tenis de Mesa.
Mañana, bueno ya es hoy, es nuestro aniversario, parece que fue ayer cuando quedamos en el Bodegón, ¿te acuerdas?, muchas felicidades, ¡te quiero!.
Después de pasar ayer todo el día enclaustrado, esta mañana he salido temprano a la calle, y lo primero que hice fue ir a la central de teléfonos para felicitar a Mari, ¡catorce años juntos!, luego visité la casa de la Libertad, que en un principio fue una capilla, luego se dedicó a la primera universidad fundada por los jesuitas.
Allí se formó el primer gobierno contra la corona española, y durante algún tiempo se reunió el primer parlamento de Bolivia.
Es un salón rectangular, con un antiguo coro a ambos lados, una  especie de púlpito donde se colocaba el alumno para examinarse y en la parte baja asientos para el público o para los familiares del alumno, en la parte alta se sentaban las autoridades y el clero.
Dos grandes cuadros de Bolívar y de Sucre presiden hoy la estancia, aquí se guardan todo tipo de objetos relacionados con la revolución. Luego me dirigí al museo de la iglesia, donde tienen una importante colección de pintura, aunque lo que más me gustó fueron unos muebles fabricados en las misiones de los jesuitas, la madera tenía incrustaciones de otras maderas, una obra de arte.
Luego estuve en la catedral, lo más interesante es el manto de la virgen, de gran valor, el edificio está en mal estado y no tiene un estilo definido, pues a lo largo de la historia ha sufrido diversas modificaciones.

He vuelto a comer al restaurante La Plaza, y luego un rato al hotel, a las cuatro de la tarde fui al museo de la Universidad Mayor Pontificia de San Francisco Javier, y después de pasar allí toda la tarde me fui a cenar al restaurante Kactus en la calle de España, antes de terminar la cena se fue la luz, por el fuerte viento que azota la ciudad.