lunes, 21 de diciembre de 2015

EL GRAN PODER Y TIWUANAKU



Tal como quedamos fui a comer con Fede y con Joaquín, luego hemos dado un paso, ellos se fueron a una reunión y yo he vuelto al hotel para darme una ducha y poner al día el diario.
A las siete fui al hotel de Fede, le llevé el botiquín de la expedición para que se lo dé a Joaquín, pues en Loreto no tienen médico y él lo puede utilizar.
Me dijo que cenásemos juntos, yo le dije que no quería salir, pues tengo el dinero justo para los días que me quedan, entonces me dijo que él se hacía cargo del tema económico, que no me preocupase.
Cenamos en El Gaucho, un restaurante argentino al que va el presidente Menem cuando viaja aquí, así me lo contó.
Al final terminé en los boliches pues como era la última noche de Fede en la ciudad no quería que le dejase solo.
Federico no solo conoce los boliches de La Paz, me habló de algunos de Nueva York, yo le propuse que hiciera una guía de “boliches del mundo”, bueno el caso es que de espectáculo en espectáculo, llegué al hotel a las tres y media, Sebas estaba durmiendo, ellos llegaron de Coroico al poco tiempo de salir yo del hotel.
 

Hoy, sábado 13 de junio, se celebra la fiesta del Cristo del Gran Poder, las calles están cortadas, la gente ocupa las aceras y pasará el día sin moverse para ver el desfile.
A las nueve de la mañana empezaron a pasar las primeras comparsas, y las últimas lo hicieron a las ocho de la tarde, así pues hemos pasado todo el día aquí, frente al hotel montaron una grada para los clientes, y pasamos el día de la grada al comedor, al aseo, al bar y vuelta a la grada.



  Amanece un nuevo día, y a eso de las nueve viene a buscarnos Rubén con su taxi, aún había gente tirada por las calles de las borracheras que habían cogido la noche anterior.
Salimos hacia Tiwanaco, tardamos unas dos horas en llegar, por una pista polvorienta que continuaba hacia el Perú.
Al llegar tuve una pequeña decepción, yo esperaba algo más grandioso, pero las excavaciones solo ocupan una mínima parte de lo que allí se oculta a los ojos del viajero.
Lo cierto es que cuando lo excaven todo será algo espectacular, pues se calcula que allí vivieron entre 60.000 y 80.000 personas.
Una de las cosas que más me impresionó fueron los “ Suka·Kollus”
Un sistema de de cultivo ancestral que consistía, básicamente, en hacer unas parcelas de unos seis metros de ancho a cuyos lados se colocaba un canal de unos tres metros de ancho. La longitud variaba según el terreno.
Estos canales servían para regar los campos, pero su función prioritaria era crear un microclima que evitase las heladas, o al menos las amortiguase, haciendo posible una mayor producción de patatas y maíz, básicos para la alimentación de la población.

En el altiplano durante el día hace calor, pero al llegar la noche la temperatura cae en picado y se producen las heladas. Así pues el agua de los canales se calentaba bastante, y al enfriarse durante la noche, la temperatura de las parcelas circundantes era más regular y se evitaban las heladas. Lo único que no me quedó claro es de donde obtenían el agua, pues aquel entorno parecía sumamente árido.
Regresamos a la Paz, sobre las seis de la tarde, fuimos a darnos una ducha antes de cenar y luego a dormir, mañana dedicaremos el día a comprar los regalos para la familia y pasado mañana a primera hora salimos hacia casa.

lunes, 14 de diciembre de 2015

ÚLTIMOS DÍAS EN LA PAZ



Fui al consulado a recoger los billetes y los pasaportes de los cuatro, donde los teníamos guardados, conseguí que la compañía aérea nos pasasen cuarenta kilos de equipaje a cada uno para la vuelta, la cónsul me dijo que esa noche había una recepción ofrecida por el presidente del gobierno a los españoles que estaban en Bolivia, me dio una invitación y me dijo que habría comida.
A la hora fijada me acerque por allí, pero vi que la gente iba muy peripuesta y me dio un poco de corte entrar en vaqueros y botas de montaña, ya me marchaba cuando vi a dos tíos vestidos como yo, y eso me animó a entrar.
La puntualidad no parece ser el punto fuerte de Felipe González, llegó a las nueve, una hora y media tarde, el retaso es intrínseco en los políticos al parecer.
Dijo unas palabras dirigiéndose a los españoles residentes exaltando su trabajo y su abnegación, muchos de aquellos hombres y mujeres estaban allí desde la guerra civil, para ellos fue un acto muy emotivo.
Luego los asistentes fueron a saludarle, algunos perdieron el control y se abalanzaron sobre él para poder fotografiarse en grupo, lo cierto es que lo pasé bien observando el espectáculo, los mayores con la emoción en los ojos, otros más jóvenes perdían el culo por saludarle.
Moviéndome entre la gente me junté con un grupo de cinco españoles, uno era de Toledo, tenía unos cuarenta años, y junto a su socio poseía algo más de cuarenta mil hectáreas en la zona del Beni, y se dedicaba a la ganadería, al principio me pareció una barbaridad el tamaño de la finca, luego conocí a otros y cuando hablaban de las dimensiones de sus terrenos me pareció normal.
Andrés era párroco del Alto, tenía unos cuarenta y cinco años.
Joaquín era franciscano, de unos setenta años, hacia treinta y siete años que estaba en Bolivia en una pequeña parroquia del Beni.
Federico tiene unos veinticinco años, se licenció en economía en la universidad de Lovaina y lleva aquí dos años, según me contó, su padre habia sido  embajador en Londres, es sobrino del obispo del Beni y sobrino de un político español del Psoe.

Vino a Bolivia a pasar un mes y se quedó aquí, trabaja en la secretaría del obispado, con cierto acento boliviano me dice “esto es el paraíso hermano”, el hizo de guía en la recepción, me explicó quién era quién, y a qué se dedicaba, es el tío mejor informado de aquí, para eso trabaja en la iglesia !!!.
Me explicó que Joaquín y el Presidente eran primos y hacia más de treinta años que no se habían visto.
Para el franciscano fue muy pero que muy emocionante, el presidente se hizo unas cuantas fotos y salió cortando, nosotros seguimos tomando vinos y tapas hasta que se acabó, luego me fui con Fede a cenar, al final encontramos una pizzería abierta en la plaza Isabel la Católica.
Aunque tiene un tío Obispo a Fede le gusta la juerga, fuimos a un boliche a un espectáculo con chicas, estuvimos hasta las dos de la madrugada, me pude percatar que no era la primera vez que visitaba el local, me contó que aprovechaba los viajes de trabajo a La Paz para darse un garbeo por estos antros, salimos, yo tomé un taxi al hotel y quedamos para comer al día siguiente.

jueves, 10 de diciembre de 2015

EL LAGO TITICACA



El lago Titicaca forma una gran playa, en la península donde  está la ciudad, llena de pequeños chiringuitos, allí esperamos la puesta de sol en las aguas del lago, hacía bastante frio.
La noche se hizo larga, había mucha humedad, hacía frio, la cama es pequeña y las mantas son cortas.
Sobre las ocho de la mañana estábamos subiendo a la lancha que nos llevará a la isla del Sol. La travesía duró una hora y media, fuimos a ver el templo de Pilkokaina, también visitamos una antigua hacienda construida por los colonizadores en un lugar maravilloso, una atalaya sobre el lago, rodeada de árboles varias veces centenarios, un pequeño campanario aún resiste el paso del tiempo, no así la iglesia a la que servía.
Desde la hacienda, una larga escalinata nos lleva hasta el embarcadero unos cien metros más abajo, nos detenemos en la fuente del inca, un manantial a media ladera, con tres caños de agua, nos refrescamos y volvemos a la barca, llegamos a Copacabana con el tiempo justo de comer y volver a La Paz.

Juanjo, Sonja y Sebas se han ido a los Yungas en autobús, yo me quedé pues la selva no me atraía demasiado, y así podría confirmar los billetes de vuelta.